Aprovechando la vuelta de Gavi a los terrenos de juego 348 días después de su lesión de ligamento cruzado me gustaría hacer una reflexión al respecto, puesto que afrontar una lesión de este calibre implica afrontar una serie de desafíos mentales que son importantes de recalcar.
Primero, el miedo a la recaída. La preocupación por volver a lesionarse puede llegar a ser paralizante. Trabajar este miedo es fundamental para recuperar la confianza en el campo. Técnicas como la visualización positiva o la exposición gradual mediante un establecimiento de objetivos puede ayudar a mitigarlo.
También tenemos las expectativas y la incertidumbre respecto al rendimiento tras la vuelta a los terrenos de juego. ¿Volveré al mismo nivel que tenía antes de lesionarme? Después de una lesión tan grave y duradera es normal cuestionarse si podrías volver a rendir al mismo nivel. Por ello, es importante que tengas un plan estructurado. La paciencia será clave, entendiendo que el retorno a tu mejor rendimiento pasará por un proceso gradual.
Asimismo, el apoyo social resulta esencial durante este proceso. Mantener la conexión con los compañeros de equipo, entrenadores, familiares o amigos te proporcionará una red de apoyo emocional que te facilitará el proceso de reintegración en tu vuelta. Tener este apoyo te ayudará a reforzar la confianza proporcionándote un sentido de pertenencia esencial para tu salud mental.
La vuelta al juego tras una lesión de larga duración implica enfrentar y superar varios desafíos psicológicos. El trabajo constante en tu confianza, en la gestión de las expectativas, en la aceptación de la incertidumbre y la red de apoyo social que tengas serán esenciales para un retorno exitoso y sostenible.

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